domingo, 10 de marzo de 2013

DANZA EL KALEJO

DANZA EL KALEJO

ORIGEN Y LOCALIZACIÓN

Su nombre guarda relación con la palabra Kajo, que traducido al castellano significa persona joven. De allí que Kajelo sería la danza del joven o de la juventud.


En los pueblos puneños se llama WALAYCHU y LINLICHA al muchacho y a la muchacha que van frisando los quince años de edad; él es un enamoradizo y soñador; ella un capullo de amor y ternura. El Kalejo es una danza que simboliza confrontación romantica de los jóvenes (walaychus y linlichas) que comienzan a sentir los primeros y mas puros sentimientos de amor.

Se baila en una sola o varias parejas de hombre y mujer. Su ejecución no tiene fecha ni tampoco se presenta en ninguna Fiesta Patronal, solo se practica en reuniones espontáneas de grupo.

Lo bailan en los pueblos circundantes de Puno y Chucuito, especialmente en los distritos de Pichacami, Acora y Santa Rosa.



VESTIMENTA
 
El walaychu (varón) viste: saco y pantalón de cordellate negro (tejido de lana, cuya trama forman cordoncillos), polainas en ambas piernas hasta en los muslos; zapatos de suelda gruesa; chullo de un solo color; sombrero de lana a la pedrada (inclinado a uno de los lados de la cabeza); poncho negro, blanco o gris; chal grueso y largo; y un zurriago a la altura del hombro y la cadera. El walaychu ademas debe llevar su inseparable charango.

La linlicha (mujer): sombrero de copa redonda y falda volteada; rebozo (capa o manto) cubriendo la espalda hasta la cintura, atado de lliclla de colores; amplias polleras de varios colores. No lleva zapatos.

MÚSICA

La musica que acompaña es una melodia romantica, que invita a la ilusión y a la esperanza. El ritmo es lento y a la vez enérgico, que permite realizar movimientos cadenciosos.

COREOGRAFÍA

Las parejas inician el baile sueltos, con gracia romántica. Los pasos son enérgicos, como desafiándose amorosamente, rosandose los hombros y las caderas.

Luego se cojen las manos entrelazandose los brazos en la espalda con los cuerpos juntos y sin separarse dan vueltas, se inclinan atras y adelante zigzagueante y sincronizadamente.

Se separan, luego él enlaza a ella con el zurriago, la jala con fuerza y ternura siguiendo el compás de la música y finalmente la rapta. El walaychu impone su hombría y la linlicha se somete orgullosa a su hombre.

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